Sus nexos los delataron, además de Policías Federales, oficiales de la DEA y hasta la ex embajadora Roberta Jacobson
Durante más de una década el gobierno de Estados Unidos ha reunido información sobre las presuntas actividades delictivas de Genaro García Luna. Aunque lo respaldó durante el gobierno de Felipe Calderón en la llamada “guerra al narcotráfico”, funcionarios policiales de ese país expresaban su frustración por los reiterados intentos fallidos para detener en esa época a Joaquín El Chapo Guzmán. Ahora, Washington tiene al “superpolicía” en el banquillo bajo el cargo de narcotráfico en complicidad con el Cártel de Sinaloa, encabezado entonces por Guzmán Loera.
“Han sido varias, muchas, las ocasiones que (en territorio mexicano) hemos estado muy cerca y a punto de atrapar al Chapo; pero al final algo pasa que nos impide su detención. Por alguna razón (El Chapo) recibe algún pitazo de que estamos cerca de él y se escapa en el momento preciso”.
En una entrevista publicada el 22 de febrero de 2009 en este semanario, el jefe de Operaciones de Inteligencia de la DEA, Anthony P. Placido, reveló el círculo de protección del capo mexicano. En ese tiempo García Luna era secretario federal de Seguridad.
“En todas las operaciones de este tipo los agentes de la DEA van siempre acompañados de agentes federales y de soldados mexicanos, quienes son los encargados de ejecutar los arrestos”.
Y deslindó al gobierno estadounidense de las fallas: “Nosotros simplemente proveemos de información de inteligencia, como parte de las acciones bilaterales y compromisos de intercambio de información que mantenemos con México en la guerra contra el narcotráfico”.
Para el oficial de la DEA, “el éxito de México (en esta lucha) es el éxito de Estados Unidos, pero sin duda este triunfo se consolidará el día que arrestemos a los capos del narcotráfico mexicano y sean extraditados a Estados Unidos”.
Posteriormente, en una carta enviada a este semanario, Placido se quejó de que el reportero Jesús Esquivel, corresponsal de Proceso en Washington y quien realizó la entrevista, reflejó de manera “inexacta” sus declaraciones: “Para aclarar esto: nunca he expresado preocupación sobre la integridad del secretario García Luna”. El tiempo lo desmintió.
Historial secreto… a voces
De 2005 a la fecha, Proceso ha publicado poco más de un centenar de historias periodísticas sobre los nexos de Genaro García Luna con diversos grupos del narcotráfico, sobre todo con el Cártel de Sinaloa y Joaquín Guzmán Loera, quien ahora purga una condena de prisión perpetua en Estados Unidos.
Algunas de esas historias han sido portadas del semanario: “La farsa de García Luna”, “La impotencia”, “Los ganadores”, “Los sospechosos”, “Todo el poder”, “Todavía en la impunidad”, “Emergen las mentiras de García Luna”, “Los tiempos atroces de García Luna”, “Caso general Ángeles, el complot”, “El entramado de García Luna llega a Salinas Pliego”, “Zambada, contacto en el aeropuerto”, “García Luna, el entramado de dos caras”, “García Luna en la mira de Estados Unidos por corrupción”…
Durante casi dos décadas Proceso ha dado cuenta de los señalamientos de complicidad del exjefe policial con grupos de narcotraficantes del país, desde que fue titular de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) en el gobierno de Vicente Fox y posteriormente, durante la administración de Felipe Calderón, cuando fue el titular de la entonces Secretaría de Seguridad Pública (SSP).
Jacobson aseguró que su gobierno recopiló rumores e información de la relación de García Luna con el Cártel de Sinaloa y conocía sus andanzas con narcotraficantes como El Chapo Guzmán, pero negó cualquier omisión de Estados Unidos para actuar contra el asesor, amigo, confidente y miembro del gabinete de Calderón.
Para entonces la información que recogían en México agencias de Estados Unidos como la CIA, el FBI, la DEA, el Pentágono, el Departamento de Seguridad Interior y otras, engrosaban el expediente criminal de García Luna.
“Jacobson ríe un poco antes de contestar: ‘Eventualmente, pero es el caso con muchos encausamientos que se dan a conocer tiempo después de cuando ocurren los eventos’.”
García Luna no es un caso singular de la “duplicidad” que denunció Jacobson en cuanto exfuncionarios mexicanos ligados al narcotráfico con quienes, antes de ser descubiertos, ha tenido que colaborar el gobierno estadunidense. Uno de los casos más connotados antes del arresto de García Luna fue el del general Jesús Gutiérrez Rebollo, a quien en diciembre de 1996 el entonces presidente Ernesto Zedillo nombró cabeza de la lucha contra el narcotráfico.
Acerca de la comparación del caso de García Luna con el de Gutiérrez Rebollo, Jacobson señaló: “¡Uff! Es difícil compararlos; ambos son decepciones”.
De acuerdo con la exembajadora Jacobson, “también se sabe que la PGR tuvo informes de su permanencia en una zona de Nayarit, pero la AFI llegó tarde. De igual manera, en diciembre la DEA informó a la PGR el lugar donde se llevaba a cabo el funeral de uno de los hijos del Chapo en Guadalajara, al que el narcotraficante asistió. Los informes advierten que los policías arribaron tres minutos después que el capo se retiró”.
El 2 de noviembre de 2008 aparecieron narcomantas en varios estados con señalamientos de que el entonces titular de la SSP y varios agentes de esa dependencia protegen al Cártel de Sinaloa.
A raíz de la captura de Jesús Zambada García, El Rey, su hijo Jesús Zambada y otros miembros del Cártel de Sinaloa, dos de los colaboradores de García Luna, Víctor Gerardo Garay Cadena y Luis Cárdenas Palomino, comisionado interno de la PFP y coordinador de inteligencia de la SSP, respectivamente, fueron interrogados por elementos de la entonces Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) por su presunta protección a la organización delictiva.
Red financiera
Como producto de una investigación de 20 meses realizada con la DEA, en 2009 el Departamento del Tesoro relacionó a seis empresas con las actividades de lavado de dinero de Zambada: Establo Puerto Rico, SA de CV; Jamaro Constructores, SA de CV; Multiservicios Jeviz, SA de CV; Estancia Infantil Niño Feliz, SC; Rosario Niebla Cardosa, A en P; así como Nueva Industria Ganadera de Culiacán.
La misma dependencia estadunidense identificó a la mexicana Margarita Cázares Salazar, La Emperatriz, como una de las piezas del Cártel de Sinaloa dedicada al lavado de dinero. Más tarde tuvo que hacer lo propio la PGR.
Las investigaciones en Estados Unidos sobre este grupo criminal y su jefe, El Chapo, comenzaron a arrojar resultados y ya se cuenta incluso con nombres de personas entrelazadas en una compleja red financiera que opera en los dos países. Con su poderío e influencia, Guzmán Loera vulneró los sistemas de control a través de una intrincada trama de operaciones en casas de cambio e instituciones bancarias, lo cual le permitió adquirir 13 aviones para traficar cocaína entre Colombia, Venezuela, Centroamérica, México y Estados Unidos.
(Agencia: APRO – Patricia Davila)