Ciudad del Carmen— El chofer debido a que se durmió al volante a unos cuantos metros de llegar a la caseta de cobro de Isla Aguada, Jesús D., de 35 años de edad, terminó con el susto de su vida, luego de volcarse y caer en una barranca el tractocamión que conducía cargado de productos lácteos.
El operador salió en la pesada unidad marca Volvo, color gris, con matrícula de circulación 301AH1 del servicio público federal y doble remolque, para transportar a la bodega de Bafar de la Ciudad de Mérida, Yucatán, 50 toneladas de quesos, jamones, yogures, carnes y de todo tipo de alimentos lácteos y embutidos.
La cabina se estrelló contra un pilar de concreto y los dos remolques quedaron atrapados en los s árboles, mientras que Jesús afortunadamente solo resultó algo aturdido y al reportarse el hecho a las autoridades, más tarde acudieron paramédicos de la Cruz Roja con destacamento en Isla Aguada para brindarle los primeros auxilios.
También acudieron los elementos de la Policía Estatal (PE) que al ser minoría, nada pudieron hacer contra las decenas de gente que llegaron y con hachas rompieron las paredes de los remolques para ingresar y sacar los productos entre empujones, jalones y gritos, haciendo su agosto para la cena de navidad con las cajas, guacales y hasta mochilas cargadas de productos, sin importarles que los tanques de diésel se regaban lentamente sobre la tierra y no respetaron los protocolos preventivos contra el Covid-19.
Finalmente, el chofer fue retenido por los daños causados a propiedad privada, mientras el ajustador de seguros levantaba el peritaje de lo ocurrido junto con agentes de vialidad y la pesada unidad fue remolcada al corralón.
YucatánInforma/Adrián Jiménez)