Los testigos contra García Luna destacan que durante dos sexenios protegió al Cártel de Sinaloa
Con la revelación de que Arturo Beltrán Leyva, El Barbas, líder de una fracción del Cártel de Sinaloa, grabó conversaciones que sostuvo con Genaro García Luna; y con la defensa de éste, diciendo que no existen, concluyó la primera semana de audiencias del juicio por narcotráfico contra el exsecretario de Seguridad Pública del entonces presidente Felipe Calderón.
Las declaraciones sobre los polémicos audios fueron del narcotraficante y ahora testigo de la fiscalía estadounidense Sergio Villarreal Barragán, El Grande, operador del grupo criminal conocido como Los Hermanos Beltrán Leyva, detenido por la Marina el 12 de septiembre de 2010 en la ciudad de Puebla.
Pero al arranque del juicio, César de Castro, abogado de oficio y cabeza del equipo legal que defiende a García Luna, amigo, asesor, confidente y mano derecha de Calderón, había descartado esa posibilidad: “No hay grabaciones”.
Los fiscales del Departamento de Justicia, liderados por Breon Peace y que integran Saritha Kumati, Philip Pilmar, Erin Reid, Marietou Diouf y Adam Amir, iniciaron con El Grande su desfile de testigos cooperantes y protegidos.
Incriminación
“Este hombre que está aquí sentando con su segundo trabajo, uno suciocomo cómplice del Cártel de Sinaloa– sacó ventaja de sus puestos en el gobierno (mexicano) para recibir millones de dólares en efectivo y ayudar a enviar toneladas de cocaína a Estados Unidos”, enfático con su mano izquierda a García Luna.
En su enorme mayoría mexicanos, los reporteros desde muy temprano se formaron afuera de la corte para, bajo las inclemencias gélidas de Nueva York en el invierno, atestiguar el proceso judicial contra el personaje a quien Fox y Calderón confiaron sus guerras contra el narcotráfico.
La estrategia de “El Grande”
“En México todo es posible. La corrupción del gobierno es muy grande”, explicó Villarreal Barragán en la segunda audiencia, la del martes 24, al describir que el Cártel de Sinaloa fue amo y señor de México en las administraciones de Fox y Calderón con la protección y colaboración de García Luna a cambio de millones de dólares.
El Grande dio cuenta de cómo García Luna estaba coludido mediante dinero con los reconocidos capos Ismael El Mayo Zambada García, Joaquín El Chapo Guzmán Loera, Amado y Vicente Carrillo Fuentes, Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, Ignacio Nacho Coronel, así como con Arturo, Alfredo y Héctor Beltrán Leyva, cabecillas de lo que fue la Federación, hoy reducida al Cártel de Sinaloa.
“Yo estuve presente en varias reuniones en oficinas (casas de seguridad) cuando Arturo Beltrán Leyva le pagaba a García Luna un millón o un millón y medio de dólares en efectivo”, dijo.
Por medio de un arreglo con los fiscales del Departamento de Justicia, El Grande purgó una condena de 10 años de cárcel al declararse culpable y aceptar testificar en juicios como el de García Luna y de otros capos del narco.
A lo largo del foxismo el Cártel de Sinaloa no tuvo problemas para importar desde Colombia toneladas de cocaína para luego exportarlas a Estados Unidos bajo la protección de García Luna, militares, marinos, policías federales, estatales y municipales.
“El Cártel de Sinaloa, gracias a esto, obtuvo miles de millones de dólares al año… Arturo Beltrán Leyva, de 2001 hasta diciembre de 2009 cuando cayó abatido a tiros en un operativo de la Marina en Cuernavaca, Morelos le pagó a García Luna 230 millones de dólares”, concluyó el fiscal Pilmar.
Pilmar desglosó para el jurado y el juez Cogan que durante 108 meses que comprendió el periodo de colaboración de García Luna con El Barbas, el narcotraficante le entregó 240 millones de dólares en sobornos.
Otros millones de dólares para completar la suma de 240, provenientes de la mensualidad durante nueve años, fueron la compensación que García Luna recibió por el valor de una tonelada de cocaína de las que le decomisó al Cártel del Golfo.
(Fuente Agencias: Jesús Esquivel)